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Senderismo por el monte Ararat

Turquía: Ararat y los Montes Taurus

Turquía: Ararat y los Montes Taurus

Senderismo por el monte Ararat ,

Turquía: Ararat y los Montes Taurus

Turquía: Ararat y los Montes Taurus: Turquía es un destino fascinante que nos hará soñar con otros tiempos, entre montañas sagradas, nómadas y cordilleras desconocidas nos revelará la historia de los Hititas, el Imperio Persa, el periodo helenístico, Roma, Bizancio, los Otomanos y muchas otras culturas, religiones y civilizaciones de oriente y occidente que encontraron en estas tierras su punto de encuentro.

Es una tierra llena de mitología, templos, catedrales y mezquitas; cada uno de sus rincones esta revosante de leyendas y parajes únicos como Capadocia, Troya, Artemisa y sus playas a orillas del Bósforo, donde Europa y Asia se salpican una de la otra mientras se miran cara a cara.

Nuestro viaje nos lleva primero a uno de los rostros más conservados y solitarios de Turquía, los “tresmiles” calizos de la sierra de Bolkar en la Cordillera de Taurus, luego seguiremos rumbo a su rincón más sagrado, el Monte Ararat (Agri Dagi, 5137m) en las cercanías a su frontera con Irán y Armenia.

Capadocia

De camino a la Cordillera de Taurus hay que visitar Capadocia, una de las maravillas de Turquía. Desde el aeropuerto de la ciudad de Kaissery nos trasladamos hasta Urgup ubicado en el centro de los fantásticos paisajes de la Capadocia. Son el fruto de un capricho orogénico en el que ha tomado parte la poderosa acción de los volcanes, la lluvia, el viento y como no el paso del tiempo y del hombre, son un regalo a la contemplación. Visitar las zonas de Devrent (Valle de la fantasía) y Kizilvadi (el valle rojo)

 

Foto: © GrupoBanoa2006
Andando por los montes Taurus

Montes Taurus

Desde Urgup salimos en dirección al pueblo de Delimahmutlar, el punto de inicio a nuestra travesía por la Sierra de Bolkar, en la Cordillera del Taurus. De camino es habitual visitar los restos y relieves de los Hititas en Ivriz (S. IX –XII A.C.) Una vez llegados a Delimahmutlar y luego de tomarnos unos tes con todo el pueblo!, en una hora de marcha alcanzamos Kapuzbasi (1.800m) nuestro primer campamento y la entrada al cañón de Kizilbuzluk.

Al día siguiente recorrimos el cañón sin despegar la atención de los picos que le dan vida, el Buyuk Aydos (3510m) y el Kucuk Aydos (3450m); se va dejando atrás el bosque y el curso del agua que fluye como un alargado oasis que va refrescando este terreno agreste y con tendencia árida a finales del verano, en un llano alto disfrutamos nuestro primer encuentro con los nómadas y su hospitalidad, comparten con nosotros la sombra que regalan sus amplias tiendas, el queso que ellos mismos elaboran, pan, y como no, un buen té, junto a sus miradas y atenciones; a lo largo de los días veríamos que esta hospitalidad, sencilla y sincera, es lo mas natural en ellos. Turquía: Ararat y los Montes Taurus

Este día alcanzamos por el terreno más fácil que encontramos el punto más alto de las crestas que rodean el cañón y sus precipicios, y comenzamos a disfrutar del inmenso horizonte que nos espera y se abre a la vista.

 

Turquía: Ararat y los Montes Taurus
Crestas y crestas…

Tersakan

Nuestra ruta deja el campamento de Kapuzbasi para ascender por el cañón de Kizilbuzluk, esta vez lo seguimos hasta llegar al plato de Tersakan (2850m), en nuestro andar nos vamos encontrando con mas familias de nómadas, mas queso, sonrisas y mas te! Junto a cabras y ovejas que en el verano les acompañan hasta estas tierras y pastos de altura; incluso aquí, uno puede escapar aun mas a lo convencional y cada pico que se eleva, cada relieve pronunciado es una tentación a descubrir el horizonte que se precipita detrás, y así, subimos a mas de uno, acumulando mas sensaciones y memorias que compartir con la calida cena que espera, con los olores y sabores que condimentan la noche, y un buen día en buena compañía.

Kucuk Aydos (3450m)

Otro nuevo amanecer nos sorprendió listos para ascender el Kucuk Ayudos (3450m), los árboles van quedando atrás y algunas laderas de pedregal son la única dificultad técnica que nos separa de la magnífica vista que nos espera en lo más alto. Las amplias planicies de Anatolia se hacen interminables en el horizonte, celebramos nuestro tiempo para la contemplación antes de volver a Tersakan haciendo una ruta circular que hace mas entretenido el retorno y nos ofrece nuevas vertientes de nuestra primera cumbre en Turquía.

 

Turquía: Ararat y los Montes Taurus
Comenzando glaciar Ararat

Si los amplios horizontes y el contacto con la vida de los nómadas tan ajena a la nuestra hacen especiales nuestros primeros pasos en los montes Taurus, los días que siguen nos descubren el corazón mas vertiginoso de estas tierras altas, nuestra travesía recorre erguidas crestas, lagos resplandecientes y una espectacular continuidad de picos, paredes y vació, cada jornada es una aventura relajante y cada día una sorpresa, sobre todo, si nos dejamos atrapar por el horizonte.

Alagol (3150m)

Nuestro rumbo continua atravesando el plato de Yazigol, siguiendo una de las rutas principales de los nómadas del Mediterráneo. Este día ascendimos superando un eterno pedregal la cara sur el pico Alagol (3150m) y descendemos por la vertiente norte hasta llegar al lago del mismo nombre, donde se acampa en un entorno magnífico; al alcance de la mano se elevan un circo de picos y crestas que atraen nuevamente nuestras ganas de …un poco mas, visitamos las mas cercanas y asequibles ganando nuevas panorámicas, ha valido la pena, y justo antes que nos encuentre el atardecer, estamos de vuelta en nuestro campo al pie del lago (2800m)

 

Foto: © GrupoBanoa2006
Lago Cinigol

Geyik Tepesi (3297m)

Turquía: Ararat y los Montes Taurus Estamos ya en el corazón de los montes Taurus y nuestra ruta nos lleva esta vez a superar otro pronunciado pedregal donde hay que cuidar la caída de piedras tras nuestros propios pasos y los de los compañeros, la recompensa es la cima del Geyik Tepesi (3297m), desde donde observamos toda la extensión de la Cordillera. El viento nos acompaña junto a una magnífica vista y abrazos, descendemos con un intenso sol rumbo al lago de Cinigol, y en el camino se abren nuevas posibilidades, más crestas, más picos y no dudamos en recorrer las aristas que están mas a mano, evitando el valle, saboreando una continuidad de pequeñas cumbres que no acaba, que esconden nuevos rincones solo nuestros, tenemos que comenzar a despedirnos de las alturas y seguir descendiendo, finalmente llegamos al lago Cinigol (2550m) formado en el interior de un cráter volcánico, rodeado de paredes y un azul profundo que atrapa un merecido descanso, hay que disfrutar de este paraje lo mas que se pueda antes de continuar al lago Karagol (2450) donde nos dimos un buen baño y acampamos; frente a nosotros surgen nuevas cumbres, …nos dará tiempo a otra mas?

 

Continuamos descendiendo hasta Maden, uno de los lugares donde se detenían para vender sus mercancías los antiguos comerciantes que seguían la Ruta de la Seda, y repentinamente nos vemos de retorno en la civilización, todos los picos que teníamos planeado subir según nuestro programa, los anónimos que añadimos a la lista y aquellos que se escaparon quedan atrás; nuestra travesía nos toma, mas menos, unos 6 días, tiene muchas posibilidades en picos vecinos y es una buena base para llegar mejor aclimatados a los pies del monte Ararat.

Tomamos un vuelo de Adana a Van desde donde nos trasladamos a Dogubeyazit, centro urbano situado a los pies del Ararat.

 

Foto: © GrupoBanoa2006
Cerca del arca

Ararat, El monte del Arca de Noe

Diferentes religiones relacionan su génesis con esta montaña; llámese Utnapishtimen para los antiguos sumerios, vedicos y babilónicos, Nuh para los musulmanes y Noé en el caso de los cristianos; todas estas culturas cuentan la existencia de un hombre “justo y cabal entre la gente de su tiempo” que construyo un gran barco en cuyo interior logro salvar a toda la biodiversidad de su mundo. Un diluvio universal hizo desaparecer toda la tierra bajo las aguas, y con ella a todos los seres vivos que la habitaban, luego de naufragar varios días bajo la fuerza de las olas y el temporal, su arca encallo en la cima de una montaña, el monte Ararat, desde donde toda la vida se extendió nuevamente y “…Dios creo el Arcoiris…”

Lo cierto, mas allá de toda polémica existente sobre el diluvio entre geólogos, creyentes, exploradores y sabios caminantes de tortilla de patatas y vino tinto, es que una de las cosas que siempre me ha atrapado y atraído de las montañas es su poder para evocar un intenso sentimiento sagrado, o lo que cada uno entienda por esto. Turquía: Ararat y los Montes Taurus

 

Desde los Andes al Tibet, Indonesia, África, desde los incas, hindú, budistas, griegos hasta los kikuyus de Kenia, o los hawaianos del Kilauea, en todo el mundo, las montañas son veneradas como lugares misteriosos, llenos de leyendas y creencias que dan sentido y vitalidad a la existencia de sus culturas; Las montañas están envueltas en mitos, anhelos, sentimientos de admiración y respeto reverencial como fuentes de vida e inspiración.

 

Foto: © GrupoBanoa2006
Kucuk agri y nieve y lana del Ararat

El Ararat es una de las montañas mas sagradas de nuestro mundo y no solo encarna aspiraciones, valores e ideales trascendentales para muchas civilizaciones antiguas y vigentes en oriente y occidente, es un lugar realmente especial, por lo menos curioso, perdido entre las estepas de Irán, Armenia y Turquía, un paraje al que se llega transcurriendo por caminos muy diversos, como el recorrido por el peregrino que hace la travesía de su vida, que no sabe nada de montañas, y se abraza a su fe mientras seca sus lagrimas cuando solo queda tocar el cielo, hasta aquel trotamundos montañero que esta nervioso por llegar a la cumbre y saber que le revela el horizonte, con que nuevo destino comenzara a soñar.

Creo que todos los que transitamos sus laderas y alcanzamos su cumbre en aquellos días, nos sentimos afortunados. De un paraje único e inseparable a la historia de la humanidad nos llevamos muchas sensaciones y memorias, cada uno la mas suyas, lo disfrutamos.

Nos tomo tres días subirlo. Tener muy en cuenta la ausencia de agua y cuidar mucho el tema de la aclimatación, se gana altura rápidamente, y sin la adaptación que obtienes en la travesía a la Cordillera de Taurus lo recomendable es tomarse más días para ascender a la cumbre con seguridad.

 

Campo uno (3200m) y dos (4200m)

Tras una hora de viaje desde Dogubeyazit se llega al punto donde encontramos los caballos que nos ayudaran a portear parte de nuestro equipo común y el agua, seguimos un evidente y amplio sendero polvoriento que gana la altura de 3200 metros, aquí ubicamos nuestro primer campo, luego ascendimos por los alrededores algunos cientos de metros mas para mejorar la aclimatación, y disfrutar del laberinto de rocas que nos rodeaba y ofrecía un gran atardecer, por la noche nadie pudo callar a una expedición femenina iraní, ni lo intentamos, así que nos unimos a la noche, las estrellas, la fiesta y a bailar y cantar por buen rato.

Al día siguiente continuamos la ascensión con un ritmo más conservador, vamos ganando una altura nueva en este viaje. Alcanzamos los 4200 metros de altura y las lenguas de lava de antiguas erupciones que yacen a los pies de la montaña son la imagen mas clara del terreno volcánico que transitamos, nuestro nuevo campo es rocoso y no muy amplio, las canciones se hacen mas fuertes y retumban todo el monte, llega la expedición iraní, agotadas y sin parar de reír van repartiéndose el espacio libre que queda; esta noche no vamos a la fiesta porque mañana hay que levantarse temprano, igualmente …nos acompañan hasta tarde.

 

Foto: © GrupoBanoa2006
Sombra del Ararat

Cumbre

Hoy es el día de cumbre, lo sabemos porque los gritos y cantos que nos levantan suenan mas fuertes que nunca…, nos esperan unos 1000 metros de desnivel ascendentes para luego descender otros mas de 2000 metros, madrugamos para que nos alcance el día.

Como en la mayoría de los terrenos volcánicos, la zona alta es inestable, y esta recubierta de rocas, arena y piedras de todos los tamaños, vamos andando con cuidado de no enviar alguna al compañero que nos sigue hasta que llegamos a la zona glaciar donde los crampones nos aportan la seguridad en el hielo, el amanecer lo recuerdo magnifico, bien acompañado y con un encendido anaranjado que se proyectaba sobre el cono perfecto del kucuk Agri (3896m) volcán satélite del Ararat.

Por fin nieve y hielo!, unas rampas alargadas nos separan de la cumbre y uno a uno lo vamos logrando, nos mezclamos entre todos, saboreando nuestro momento en el Ararat, transcurre tiempo hasta que los cantos iraníes nos dan el alcance, y se unen a turcos, catalanes, vascos, baleáricos, canarios y un peruano; paseamos por la vecina falsa cumbre para ver que se esconde mas allá, ya que siempre hay nuevos horizontes. Turquía: Ararat y los Montes Taurus

 

Lo celebramos un rato mas y luego comenzamos un largo descenso despidiéndonos de las sonrisas de los niños nómadas de las zonas bajas, nuestros pasos nos llevan hasta Dogubeyazit, cenamos a todo lujo, esta vez hay vino, y mas alegría en la mesa, si cabe, nos vamos satisfechos, sanos y al final lo vivido va dejándote sin palabras para convertirse en un buen recuerdo, al día siguiente volábamos a Estambul, comienza la fiesta! y es el turno de Santa Sofía y la torre Galgata, del resplandor de la Mezquita azul, las callejuelas, el bullicio del Gran Bazar y ese encendido atardecer sobre el mar que refresca una ciudad hiperactiva, envuelta en especies, brisa, razas, y un encanto que atrapa.

Fernando Caballero
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